Cuando nos maquillamos, elegimos los colores que nos representan. Por ejemplo, para los momentos en los que queremos mostrar nuestra calidez, optamos por tonos suaves. En cambio, cuándo buscamos expresar nuestra intensidad, seleccionamos aquellos más fuertes.

La combinación de colores vive en nosotras y, por eso, buscamos sombras que tengan alta fijación y nos acompañen durante toda la jornada.